Hace unos días se celebró el día de la madre. Un día bonito, lleno de flores y chocolate, donde se recuerda la importancia que para cada uno de nosotros ha tenido esa figura, siempre asociada al amor, calidez, contención y apego.
La madre es fundamental en el desarrollo de cualquier hijo. Se puede vivir sin madre, sí, pero no sin dificultades, más aún si no existe nadie que pueda ocupar ese lugar en los primeros años de vida, algo que a veces, desgraciadamente ocurre.
Pero no quiero hablar de esos temas tan tristes hoy.
Hoy quiero hablar feliz y orgullosa de Ella, de Mi Madre.
Y es que gracias a cómo ella ha sido, soy yo hoy. Particularmente como madre.
Al haber tenido a mi hija, me he dado cuenta de que gracias a cómo se ha comportado mi madre conmigo, me siento segura, confiada, capaz.
Es de las pocas personas con las que no me he sentido juzgada al comenzar a criar a mi bebé, como comentaba en este post.
Y eso que no es fácil. Las madres de las madres, cuentan con la experiencia y el éxito asegurado de haber criado a su hija estupendamente, tanto que ha conseguido llegar a ser madre ella también. Con todo eso en la mochila, es sencillo que puedan deslizarse del acompañamiento a la crítica, del consejo a la orden. No con mala intención, pues quieren lo mejor para su recién estrenado nieto, pero sí con cierta falta de prudencia. Y eso, en momentos tan delicados como recién subida del paritorio, o comenzando con la lactancia, puede resultar un duro golpe para nuestra autoestima y autoimagen del rol materno.
En mi caso sin embargo, no ha sido así. Ha estado en todo momento, disponible, cercana y accesible, pero sin invadir. Ha sabido transmitirme de forma sutil, sin siquiera tener que decírmelo explícitamente, que soy capaz de criar a mi hija, que nadie mejor que yo sabe lo que puede querer y cómo ofrecérselo, porque yo soy su madre.
Ha conseguido que pese a otras críticas y juicios, siga viéndome válida.
Y no han faltado las frases típicas de "antes no era así esto o lo otro" o "yo le pondría más abrigo a la niña"... pero siempre las he recibido desde el cariño y no desde el cuestionamiento.
Y así siguen las cosas a día de hoy. Tanto que es en ella en quien confío para que cuide de la pequeña mientras sus padres trabajan.
Y así es como llego a la conclusión de lo importante que es la madre de la madre. Para verse a una misma capacitada y para sentirse con una misma segura.
Yo no podría vivir sin mi madre, para mi lo es todo y por supuesto que me influye en cómo soy yo con mi hijo. Un post muy emotivo.
ResponderEliminar